La vida era caer y levantarse, temer y no paralizarse. Escalar y escalar sin detenerse en ese momento tuvo sentido, la cima estaba ahí, bajo sus pies, y ambos ya estaban disfrutando de jamás retroceder, de no rendirse, de seguir, luchar y decidir avanzar pese a que dolió, a lo que implicó, pese a que todo a alrededor en algún momento se extinguió y la luz era un sueño enterrado en los sentimientos de la aflicción pues...
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